A lo largo de la historia del tenis, han habido ciertos casos o encuentros en los cuales ante la duda del llamado o decisión de alguno de los jueces de línea, el de silla debe tomar una decisión sobre el punto.
Un ejemplo de ello fue con la jugadora Karolina Pliskova de República Checa, quien tras golpear la pelota fue marcada como fuera por el respectivo juez de línea. Sin embargo, ella asegura que fue buena, por lo que la juez de silla bajó y se acercó para revisarlo.
Para hacer el análisis, la juez de silla manda llamar a la de línea para que le explique. Pliskova insiste en que fue buena. La jueza de silla le dice que no encuentra la marca, por lo que la decisión de la línea se sostiene, es decir como fuera.
Ante su respuesta, la checa le pide llamar al supervisor, quien va a la cancha, sostiene una charla con ella, y respeta la decisión de la jueza de silla. El partido continúa.
