Un 2 de julio de 1960, hoy hace 65 años, Rafael Osuna se convertía en el primer mexicano en ganar un título en los Campeonatos de Wimbledon. La hazaña la consumaba en la modalidad de dobles junto con el estadunidense Dennis Ralston, con quien llegó al césped de Londres con sólo dos torneos previos como dupla.
En aquel año, los reflectores estaban puestos en los demás integrantes de la armada mexicana, como Yola Ramírez, Antonio Palafox, Mario Llamas o Francisco Contreras, pero no en El Pelón, como cariñosamente era apodado Rafael Osuna.
En la primera ronda, Osuna y Ralston se impusieron 6-3, 6-4, 9-11, 5-7 y 16-14 a los británicos Gerald Oakley y Humphrey Truman “en un match realmente agotador”, según las crónicas de la época. No obstante, cuando llamaron la atención fue al dejar fuera a los cuartos sembrados, los italianos Nicola Pietrangeli y Orlando Sirola, por 4-6, 8-6, 4-6, 6-3 y 6-0.
El público y lo medios británicos comenzaron entonces a poner la lupa en aquella joven mancuerna recién formada (Rafael de 22 años y Dennis de 18) que ni por haber llegado antes a las semifinales en el prestigioso torneo de Queen´s se había ganado el crédito suficiente.
Los reflectores los tomaron en serio cuando vencieron en Wimbledon a los suecos Jan-Erik Lundqvist y Ulf Schmidt, campeones en La Catedral un año antes, por triple 6-4. El mexicano y el estadunidense tuvieron un juego “cercano a la perfección, dominando en todos los terrenos, sin complejos”, se leía en la prensa de ese entonces.
“El tenis mexicano cuenta con una nueva y gran figura en Rafael Osuna, que ha sorprendido con su sensacional actuación en los torneos de Wimbledon (…) Su juego alegre y valiente ha cautivado al conocedor público inglés”, leyeron los aficionados mexicanos en los diarios luego de que El Pelón y Ralston doblegaron en semifinales a los australianos Robert Mark y Rod Laver por kilométrico 4-6, 10-8, 15-13, 4-6 y 11-9.
Ya encarrerados, no tuvieron mayores problemas para vencer en la final a los locales Mike Davies y Bob Wilson por 7-5, 6-3 y 10-8 y convertirse en la primera pareja no sembrada en ganar la corona de dobles masculinos en La Catedral.
“No puedo creer todavía que haya ganado. Me parece estar soñando y lo mejor fue que el triunfo fue más fácil de lo que esperábamos, en tres sets consecutivos.
“Desde los primeros juegos apreciamos que nuestros enemigos no eran mejores que otras parejas a las que habíamos derrotado, lo que nos permitió jugar con confianza, aunque sin aflojar ni un momento”, dijo Osuna a la legendaria Isabel Silva, reportera de tenis del periódico Excélsior.
Por su triunfo, Osuna fue invitado de inmediato a formar parte del equipo mexicano Copa Davis, donde escribió páginas épicas para el tenis mexicano. Tres años después, en 1963, volvió a ser campeón de dobles en Wimbledon, con Antonio Palafox.
-Héctor Olivares (reportero-redactor FMT), con información de los archivos de Roberto Téllez, jefe de Prensa de la FMT, y datos recabados en la Hemeroteca Nacional de México