Luego de una semana en Madrid, donde reapareció tras un mes fuera de las canchas por lesión, el siguiente torneo de alto nivel para la mexicana Renata Zarazúa será el WTA 1000 de Roma, Italia, donde alcanzó uno de los últimos boletos de entrada directa al cuadro principal.
La capitalina aprovecha la temporada de arcilla en Europa para intentar recuperar el nivel tenístico que la llevó el año pasado a ubicarse entre las 100 mejores singlistas del mundo. En tierra batida es donde ha obtenido su mejor porcentaje de victorias: 61 por ciento.
La semana pasada, Renata llegó a la final del torneo W100 de Madrid, en el circuito de la ITF, y en la actual dio un salto astronómico al WTA 1000 también en la capital española, donde este martes fue superada en primera ronda por una checa Marie Bouzkova (singlista 58 mundial) en plena forma, por 6-2, 4-6, 6-1.
La buena noticia fue que Zarazúa volvió a lucir en buen estado físico, mejoría en su servicio y con un amplio repertorio de golpes que ensayó a conciencia durante el mes alejada da la competencia.
La mala fue que se midió no sólo a una de las más veloces del tour, sino a una rival capaz de cubrir kilómetros en cada partido. Como una auténtica Correcaminos, Bouzkova llegó a todos los tiros cruzados y dejaditas llenas de veneno que le ponía Renata, y a la postre se convirtió en una barrera infranqueable para la mexicana.
Así, Zarazúa volverá a intentarlo en el másters de Roma, donde por primera vez en su carrera entró de manera directa gracias que ocupaba la posición 71 del ránking mundial cuando se cerró la lista de entrada. Renata estará también sin escalas en Roland Garros, donde llegó a segunda ronda en 2020.
Mientras esas fechas llegan, Rena tiene un amplio abanico de competencias de la ITF y la WTA para continuar su recuperación, incluso por la vía de la clasificación.
